Los Temibles Trece
La Fábula del Pocito
Tomado de:
http://elcronistadetucutucu.blogspot.com/
escrita por : Rafael Angel Terán Barroeta, el 30 de julio de 2009.
Personajes:
Jose Gregorio Hernández Clic aquí para ver la Oración
José Gregorio Hernández Cisneros nació en Isnotú, una pequeña localidad ubicada en el estado Trujillo, en la cordillera Andina, siendo el primero de seis hermanos, hijo de Benigno María Hernández Manzaneda y Josefa Antonia Cisneros Mansilla.
A los 13 años de edad, José Gregorio manifestó a su padre su deseo de estudiar la carrera de Leyes; sin embargo, su padre le convenció para que estudiara medicina. Para ello tuvo que trasladarse a la ciudad de Caracas para realizar sus estudios de bachillerato. Inició sus estudios en el Colegio Villegas, uno de los más prestigiosos colegios de la capital, el cual era dirigido por Guillermo Tell Villegas, con quién estableció lazos de amistad.
El 28 de junio de 1888, Hernández recibe el título de medicina en la Universidad Central de Venezuela, luego de graduarse, el Gobierno de Venezuela le otorga una beca que le permite viajar a París, a los fines de profundizar su conocimiento en áreas más aplicadas de la medicina que para dicho momento no eran bien conocidas en el país. Allí profundiza sus estudios en las áreas de Microbiología, Histología Normal, Patología, Bacteriología y Fisiología Experimental, entre otras.
Culminados sus estudios, Hernández regresa a Venezuela a fin de ingresar como profesor en la Universidad Central de Venezuela en Caracas, además, aprovecha para traer valiosos equipos médicos al Hospital Vargas. Fue él quien introdujo el microscopio en Venezuela por primera vez.
En 1891, el Doctor Hernández regresa de Europa, y en noviembre de ese año, comienza su actividad como docente en las cátedras de Histología Normal y Patológica, Fisiología Experimental y Bacteriología, de la Universidad Central de Venezuela (UCV) fundador de ambas. Fue él quien introdujo el microscopio en Venezuela, y muchos de los instrumentos que trajo de Francia, según el testimonio del Dr. Augusto Pi Suñer se encontraban en uso para su época.
No sólo fue el fundador de la Cátedra de Bacteriología, puesto que también fue la primera persona en Venezuela en publicar un trabajo de dicha disciplina, denominado “Elementos de Bacteriología” en 1906. La cátedra de bacteriología fue la primera que se fundó en América.
Su labor docente fue interrumpida en dos oportunidades. La primera cuando decide hacerse religioso en el monasterio la orden de San Bruno en La Cartuja de Farneta, a la cual llegó el 16 de julio de 1908, y de la que regresó el 21 de abril de 1909, para que en mayo de ese año reincorporarse a sus actividades académicas en la Universidad. La segunda vez que interrumpió sus actividades docentes fue a partir del primero de octubre de 1912 cuando el gobierno dictatorial del General Juan Vicente Gómez decreta el cierre de la Universidad, ya que ésta se había puesto en contra de dicho tirano. Hubo otra corta interrupción, pero esta vez sin apartarse del ámbito académico, ya que en 1917 viaja a las ciudades de Nueva York y Madrid a realizar estudios; de sus Cátedras queda encargado temporalmente su ilustre discípulo el Doctor Domingo Luciani.
Era conocido como un profesor culto (hablaba francés, alemán, inglés, italiano, portugués, dominaba el latín, era músico, filósofo y poseía profundos conocimientos de teología), exigente y se caracterizaba por la puntualidad en el cumplimiento de sus deberes profesorales. Discípulos de Hernández fueron el Dr. Jesús Rafael Risques, Rafael Rangel considerado como el fundador de la parasitología nacional.
Era conocido como un profesor culto (hablaba francés, alemán, inglés, italiano, portugués, dominaba el latín, era músico, filósofo y poseía profundos conocimientos de teología), exigente y se caracterizaba por la puntualidad en el cumplimiento de sus deberes profesorales. Discípulos de Hernández fueron el Dr. Jesús Rafael Risques, Rafael Rangel considerado como el fundador de la parasitología nacional.
Vida religiosa
A pesar de no ocupar algún cargo dentro del clero de la Iglesia, José Gregorio era un ferviente creyente del catolicismo, por lo cual de creer haber cumplido para con su familia, la ciencia y su país, decidió avocarse a la vida religiosa, en el año 1907 luego de discutir el caso con el arzobispo de Caracas para ese entonces, Monseñor Juan Bautista Castro, envía una carta al Prior de la Orden de San Bruno en La Cartuja de Farneta cerca de Lucca, Italia. Por su parte, Mons. Juan Bautista Castro también envía una carta de recomendación al prior en donde le solicita la admisión de José Gregorio a la orden.
Habiendo cumplido con sus compromisos y también con su familia, a la cual se trajo a vivir en Caracas y la ayudó a encaminarse, Don Gregorio quiso llevar a cabo su vocación religiosa. Se embarcó rumbo a Italia con la intención de ser monje de clausura y así dedicarse sólo a Dios en la oración. En 1908 entró en la Cartuja de Farneta tomando el nombre de Hermano Marcelo. Pero nueve (09) meses después de su ingreso, se enferma de tal manera que el Padre Superior ordena regresar a Venezuela para recuperarse. Gregorio por su parte nunca cedió en su amor por la Iglesia y la vida religiosa. Decía que el sacerdocio es "lo más grande que existe en la tierra".
Llega a Caracas en abril de 1909 y ese mismo mes recibe permiso para ingresar en el Seminario "Santa Rosa de Lima". Sin embargo sigue anhelando la vida radical del monasterio. Pasados tres (03) años, decide intentar de nuevo. Esta vez se embarca para Roma con su hermana Isolina. Ingresó en los cursos de Teología en el Pontificio Colegio Pio Latino Americano pensando así prepararse para el monasterio. Pero una vez más sus planes se vieron frustrados por la enfermedad: una afección pulmonar que le forzó retornar a Venezuela.
Don Gregorio ya no intenta más la vida religiosa. Comprende que Dios lo llama a la vida seglar. Asì que ingresa a la Orden Franciscana Seglar. Será un seglar católico muy ejemplar, sirviendo a Dios en sus hermanos desde su vocación de médico, pues así también se puede y se debe ser santo.
Reinicia su actividad docente el 30 de enero de 1918 hasta el día sábado 28 de junio de 1919, el cual fue la víspera del trágico día en que ocurrió el accidente que le segó la vida.
Este ilustre venezolano muere arrollado por un automóvil, el 29 de junio 1919, en La Pastora, una calle caraqueña.
Don Gregorio ya no intenta más la vida religiosa. Comprende que Dios lo llama a la vida seglar. Asì que ingresa a la Orden Franciscana Seglar. Será un seglar católico muy ejemplar, sirviendo a Dios en sus hermanos desde su vocación de médico, pues así también se puede y se debe ser santo.
Reinicia su actividad docente el 30 de enero de 1918 hasta el día sábado 28 de junio de 1919, el cual fue la víspera del trágico día en que ocurrió el accidente que le segó la vida.
Este ilustre venezolano muere arrollado por un automóvil, el 29 de junio 1919, en La Pastora, una calle caraqueña.
Beatificación
Por sus acciones, el pueblo venezolano constantemente ha venerado al Dr. José Gregorio, pidiéndole favores y atribuyéndole milagros, hecho por el cual la Iglesia Católica venezolana inicia en el año 1949 el proceso de beatificación y canonización por parte del Arzobispo de Caracas, Monseñor Lucas Guillermo de Castillo ante el Vaticano. Luego de iniciado el proceso, y completado los primeros casos, el Dr. José Gregorio es nombrado venerable por parte del papa Juan Pablo II el 16 de enero de 1986 y se inica el próximo paso que lo llevaría a la beatificación. De completarse el proceso, se convertiría en el primer santo de procedencia venezolana.
La beatificación del Dr. Hernández es actualmente una meta que espera alcanzar parte de los feligreses católicos así como la iglesia católica venezolana, por lo cual, en diversas partes del país, se rezan diversas oraciones para pedir por el pronto nombramiento de José Gregorio como Santo.
Rafael Rangel
Fundador de la Parasitología en Venezuela, Rafael Rangel nació en Betijoque, estado Trujillo, el 25 de abril de 1877. Se graduó de Bachiller en Filosofía el 6 de agosto de 1896 en la Universidad del Zulia. Realizó estudios de medicina en la Universidad Central de Venezuela entre 1896 y 1898.
No completó el segundo año de la carrera, ni se graduó de médico; sin embargo, el adiestramiento que tuvo en ese breve lapso de estudios, las lecciones que recibió del doctor Santos Aníbal Dominici, en el Instituto Pasteur de Caracas, donde fue su preparador y se familiarizó con la bacteriología y la microbiología técnica, haber sido externo en la Cátedra de Clínica Médica, dirigida también por el doctor Dominici en el Hospital Vargas y el desempeño que tuvo como preparador en las cátedras del doctor José Gregorio Hernández, entre el 16 de agosto de 1899 y el 1 de abril de 1903, quien le enseñó las técnicas de la parasitología microscópica, la coloración de microbios, la elaboración de medios de cultivo, y la inoculación de gérmenes patógenos en animales de laboratorio, facultaron a Rangel para recibir el nombramiento, el 18 de febrero de 1902, de jefe del Laboratorio de Histología y Bacteriología del Hospital Vargas, donde además de hacer los exámenes de rutina y ofrecer soluciones terapéuticas, desarrolló una corta pero fructífera carrera de investigación. Por sugerencia del doctor José Gregorio Hernández, una de las primeras líneas de estudio seguidas por Rangel fue el estudio de la estructura y fisiología del sistema nervioso.
Su contribución de mayor impacto en la historia de la medicina, consistió en el análisis sistemático y detallado -fundamentándose en el estudio de casos- de la anquilostomiasis como causa de anemias graves en poblaciones rurales. En las deyecciones de pacientes y en la mucosa intestinal observó y el parásito Necator americanus y sus huevos. Esos hallazgos fueron sumamente útiles para establecer el tratamiento de la enfermedad.
A Rangel le fue negada una solicitud de beca para estudiar en Europa, sin defensa en el ámbito oficial, atacado por aquellos que pretendieron ser sus amigos y perdida la paz de su laboratorio, desarrolló una psicosis depresiva que lo condujo a suicidarse ingiriendo cianuro en el laboratorio a su cargo en el Hospital Vargas. Es considerado el Fundador de la Parasitología en Venezuela.
Tomada de la Biografía elaborada por María Matilde de Suárez
Laudelino Mejías
Laudelino Mejías fue un músico y compositor venezolano nacido en Trujillo, estado Trujillo, el 29 de agosto de 1893 y fallecido en Caracas, Distrito Capital el 30 de noviembre de 1963. Entre todas sus composiciones se le reconoce como el autor de "Conticinio", pieza importante dentro del cancionero venezolano.
Mejías, huérfano desde temprana edad, reconoció su vocación musical como espectador de músicos de retreta. Estudió el clarinete, instrumento que tocó en bandas durante su adolescencia, y a pesar de haber recibido ofertas para especializarse en el exterior, optó por quedarse en el país para cuidar de su abuela, quien se había encargado de él tras la muerte de sus padres.
En 1911 fue nombrado subdirector de la Banda Filarmónica, de la cual fue Director a partir de 1916. En 1922 se instaló en Valera como director de la Banda Lamas, y ese mismo año compuso dos de sus valses más famosos: "Mirando al Lago", inspirado en el Lago de Maracaibo, y "Conticinio", vals que le dio fama internacional y que fue inspirado en la nostalgia por el estado Trujillo. Más tarde vivió en Ciudad Bolívar, donde estuvo a cargo de la banda del estado por tres años.
Durante su carrera Mejías recibió numerosos galardones por su extensa y variada obra sinfónica, entre las que se cuentan "Alma de mi Pueblo" y el "Himno a la Victoria".
Su Obra:
Valses
Silencio Corazón, Alma de mi pueblo, Canto a mis montañas, Conticinio, Imposible, En las horas, Mirando al Lago, Merceditas, Despertando, Isabel, Amaneciendo, Anocheciendo, Trujillo, Noche de Luna, Déjame Soñar, Mirabel.
Pasodobles
Cielo Andino, Murmullos del Castán, De Trujillo a Boconó, La Negra Malcriada, El Mocho Leopoldo.
Tomada de la Biografía elaborada por María Matilde de Suárez
Laudelino Mejías
Laudelino Mejías fue un músico y compositor venezolano nacido en Trujillo, estado Trujillo, el 29 de agosto de 1893 y fallecido en Caracas, Distrito Capital el 30 de noviembre de 1963. Entre todas sus composiciones se le reconoce como el autor de "Conticinio", pieza importante dentro del cancionero venezolano.
Mejías, huérfano desde temprana edad, reconoció su vocación musical como espectador de músicos de retreta. Estudió el clarinete, instrumento que tocó en bandas durante su adolescencia, y a pesar de haber recibido ofertas para especializarse en el exterior, optó por quedarse en el país para cuidar de su abuela, quien se había encargado de él tras la muerte de sus padres.
En 1911 fue nombrado subdirector de la Banda Filarmónica, de la cual fue Director a partir de 1916. En 1922 se instaló en Valera como director de la Banda Lamas, y ese mismo año compuso dos de sus valses más famosos: "Mirando al Lago", inspirado en el Lago de Maracaibo, y "Conticinio", vals que le dio fama internacional y que fue inspirado en la nostalgia por el estado Trujillo. Más tarde vivió en Ciudad Bolívar, donde estuvo a cargo de la banda del estado por tres años.
Durante su carrera Mejías recibió numerosos galardones por su extensa y variada obra sinfónica, entre las que se cuentan "Alma de mi Pueblo" y el "Himno a la Victoria".
Su Obra:
Valses
Silencio Corazón, Alma de mi pueblo, Canto a mis montañas, Conticinio, Imposible, En las horas, Mirando al Lago, Merceditas, Despertando, Isabel, Amaneciendo, Anocheciendo, Trujillo, Noche de Luna, Déjame Soñar, Mirabel.
Pasodobles
Cielo Andino, Murmullos del Castán, De Trujillo a Boconó, La Negra Malcriada, El Mocho Leopoldo.